Hace pocos días Raúl Alcalde, Presidente Ejecutivo de Sharff, publicó un video en las redes sociales donde reconocían una serie de dificultades que experimentaron como empresa para mantener el estándar de su servicio logístico durante las primeras semanas de la crisis sanitaria.
Me impresionó mucho el poder de reflexión de este líder empresarial, ya que su ejemplo visibiliza los valores que deberíamos priorizar en momentos de alta incertidumbre como el que vivimos, pues tienen el potencial de transformar la cultura organizacional de nuestros negocios.
Reconocer, y transparentar las falencias de su servicio, pone a Sharff en ventaja con respecto a otros competidores para adaptarse aceleradamente a las expectativas que ahora tienen sus clientes. Haber hecho esta información tan pública, abre las puerta para que sus usuarios sientan la confianza de contribuir con la mejora de su servicio.
Para todos los líderes que quieran seguir este gran ejemplo y realizar un llamado a la reflexión en su organización, que les permita saber qué están haciendo bien y qué pueden hacer mejor, comparto esta dinámica.
1. Selecciona a un grupo diverso de colaboradores
Para una reflexión efectiva es clave tener diversidad de opiniones, sino las respuestas serán siempre las mismas. Junta a un grupo de colaboradores que tengan diferentes perfiles, niveles de liderazgo, e interacción tanto con tus usuarios internos como externos.
2. Identifica un moderador que estructure y guíe la conversación
Lo ideal es juntar al grupo de colaboradores por un periodo de al menos dos horas para responder tres preguntas que deben ser parte de la agenda para guiar la conversación:
- ¿Qué hicimos bien?
- ¿Qué podemos hacer mejor?
- Tres acciones concretas que podemos tomar para ajustar el rumbo.
Lograr un entendimiento adecuado de los problemas toma tiempo, y confianza entre los que participan del proceso.
3. Define ciclos de reflexión continua
El poder de esta ceremonia está en hacerla de manera continua. Define reuniones de reflexión de manera consistente durante el año en periodos semanales, mensuales, trimestrales, o semestrales.
La reflexión es un instrumento básico para navegar en un mundo incierto. Prepara a las empresas para aprender adaptarse al cambio.
Recuerda siempre que los negocios que triunfarán en una economía digital son los que aprenden a descubrir más rápido cuál es el verdadero valor que esperan sus clientes del servicio que le prestan. Hay que parar y entender qué hacemos bien, qué podemos hacer mejor y tomar acciones para ajustarnos.
*Artículo original para Diario Gestión