PAZ MENTAL. El problema es que es un producto desabastecido en casi todos los hogares estos días de pandemia. Basta con leer las noticias, preocuparse por la salud de la familia y amigos o pensar en el futuro, para perderla.

Además, el día a día en cuarentena no ayuda. Hoy particularmente fue un día difícil para mí. Tuve que limpiar pipí del piso de mi perra Fala y también de mi hijo Benjamín, salté de una reunión a otra sin parar y entre ellas mi hijo se dio un golpe de esos que detienen tu mundo para ir a consolarlo. Dándole la atención que se merece, se me pasó conectarme a un evento importante de los inicios de Laboratoria en Colombia. Minutos después, al darme cuenta, me recosté hacia adelante en la cocina, moví la licuadora y la rompí. Al ver el envase de vidrio roto en el piso, confieso que lloré. Me sentía (y me veía) como mi hijo cuando se le rompió su monopatín la semana pasada de tanto usarlo en casa. No se si mi llanto fue por el estrés acumulado, o porque no vamos a poder hacer más sopa de zapallo en la cuarentena y tengo 3 kilos congelados en la nevera. Releo este párrafo y me río. No todos los días son así realmente. Hay buenos y malos, pero en general hay que reconocer que nuestra rutina diaria se ha complicado.

Pero al menos tengo trabajo, y uno espectacular. De hecho, es tan hermoso, que quisiera poder dedicarle más tiempo en estos días donde el tiempo no me rinde entre el trabajo, los quehaceres de la casa y el cuidado de los hijos. Por eso quisiera dejar hasta aquí mi desahogo personal para darle atención a algo más importante. Millones de personas en el mundo han perdido su empleo o fuente de ingresos a raíz de las medidas para controlar el contagio del COVID-19. Entiendo y acato esas medidas, pero también me preocupan enormemente sus efectos devastadores en la economía de nuestros países y hogares.

Al final, es mejor que nos falte el tiempo que el dinero. Por eso, no puedo dejar de preocuparme por la falta de estabilidad laboral en tantos hogares a mi alrededor. Algo que nos obsesiona actualmente a cada una de las personas que trabajamos en Laboratoria es conectar a las egresadas de nuestro bootcamp con oportunidades de empleo en tecnología. Oportunidades que no solo mejoren sus ingresos, sino también les abran la puerta a un campo profesional donde las habilidades y el potencial son más importantes que los diplomas. Esa es la razón por la que ellas escogieron Laboratoria, la razón por la que existimos y la promesa que hoy se pone más cuesta arriba cumplir.

Por eso quiero cerrar este blog post, que empezó y sigue siendo personal, haciendo un llamado a empresas y emprendedores para que se atrevan a reinventarse para salir fortalecidos de la pandemia. Y para lograrlo, hay que invertir en el talento que pueda acompañarlos en este cambio acelerado. Hay varios lugares donde buscar, pero Laboratoria definitivamente es uno a considerar :). Las personas que ya han contratado egresadas de Laboratoria, saben todo lo que ellas pueden dar. No solo son Front-End Developers o UX Designers. Eso es simplemente lo último que han aprendido o el último reto que han superado. Debajo de esas habilidades técnicas, cada una de ellas tiene un arsenal de habilidades más importantes y transversales. Son mujeres que se han enfrentado a la incertidumbre de aprender a programar desde cero y manejar nuevas herramientas varias veces en el bootcamp. Son mujeres que se han apropiado de su propio aprendizaje, descubriendo su forma personal de aprender con más agilidad y eficiencia. Son mujeres que han aprendido a hacer el verdadero trabajo en equipo, colaborativo, ágil, reflexivo y adaptativo. Y sobre todo, son mujeres listas para enfrentar e impulsar el cambio una y otra vez.

Si eres o conoces a alguien que le interese contratar talento Laboratorian, hazles llegar este blog post por favor. Aquí te comparto el link directo a todos los perfiles de egresadas de Laboratoria que están listas para trabajar y ser #TalentoPareElCambio.

¡Y paz mental para todas las mamás en su día!