Una de los desafíos más importantes que tienen las organizaciones para adaptarse rápidamente a los cambios del entorno, es la burocracia. Por supuesto no quiere decir que sea mala, ni que tengamos que eliminarla por completo, pero sí es esencial lograr un balance con el caos que traemos las personas.
La burocracia es un elemento complicado de desmontar, principalmente porque el corazón de su supervivencia está en la cultura de trabajo de las organizaciones. En muchos casos la burocracia es un gran activo para las empresas en momentos de certidumbre, pues nos ayuda a tener rigurosidad en los parámetros de trabajo, a mantener la calidad de lo que construímos, y a tener consistencia en el servicio o producto que entregamos.
La burocracia normalmente es definida por el liderazgo de una empresa, pues este grupo define los comportamientos y hábitos de trabajo que se quieren evidenciar en las y los colaboradores de una organización para que el sistema funcione de una manera controlada.
A pesar de todas estas ventajas, la burocracia no es un buen recurso que mantener en momentos de alta incertidumbre, como los que hemos vivido con la pandemia. En este contexto todo ha cambiado, el entorno, los clientes, los canales de venta, y la forma en la que trabajamos. La burocracia que nos ayudaba a ser consistentes pierde valor, y es clave reinventarnos.
Las restricciones, regulaciones y procesos, crean un contexto de menor libertad de acción e improvisación en las y los colaboradores, reduciendo el uso de habilidades humanas como la creatividad, la experimentación, el pensamiento crítico, la adaptabilidad y flexibilidad que traen las personas.
En momentos de incertidumbre es crítico abrir el espacio para potenciar el uso de las habilidades humanas en el talento de la organización. Estas son la mejor herramienta para enfrentar un cambio generalizado y lograr descubrir cómo seguir generando valor en las y los clientes. Encontrar el balance entre el caos y la burocracia, es vital en una organización que nunca quiere dejar de ser relevante para sus clientes.
*Artículo escrito originalmente para Diario Gestión - Perú