Cuando decidí ser emprendedor, jamás imaginé cuán importante sería desarrollar una cultura laboral potente para los negocios. Hoy, después de 5 años desarrollando una organización regional, 100 colaboradores en 4 países y varios tropiezos, puedo decir que la cultura de la organización es el pilar más importante para el éxito. La cultura laboral crea un sistema de trabajo común que tiene el potencial de aprovechar todo el talento de las personas para crear y descubrir nuevas oportunidades.
En una economía digital como la que vivimos, el reto de construir una cultura que pueda convivir con la incertidumbre es fundamental para ganar. Hoy vemos que grandes empresas compiten con negocios compuestos por personas que generan soluciones desde el garaje de sus casas. Estos negocios juegan con otras reglas y se rigen por otros paradigmas que los hacen más propensos a encontrar fórmulas valiosas para sus clientes y también más flexibles para cambiar constantemente ante estas nuevas necesidades.
Estas organizaciones se obsesionan por entender los problemas que quieren resolver y, en la medida que los van entendiendo, sueltan propuestas que primero apuestan por generar valor antes que el retorno financiero. Su principal interés es retener a esos clientes en el tiempo, aprendiendo y diseñando para ellos.
Otra característica importante es que prueban sus servicios o productos con grupos limitados de usuarios. Los equipos que realizan estos procesos tienen control end-to-end de las iniciativas, optimizando así los tiempos para probar esas ideas fuera del edificio y corregir problemas si es necesario.
La data ayuda a los líderes y los equipos a lograr empujar esfuerzos que muevan los KPIs más relevantes del negocio y evitan el desperdicio de trabajo en iniciativas que son únicamente placebos para el negocio.
Finalmente, es claro que los líderes y colaboradores tienen la responsabilidad de fortalecer la cultura todos los días. Son ellos los modelos que promueven los hábitos adecuados para los demás de cómo vivirla y utilizarla para sacar todo el potencial de las personas para el beneficio del negocio.
Una cultura potente, genera negocios más saludables y personas más felices.