La formación virtual promueve el dinamismo, la automatización de procesos y el aumento de la productividad. Para el mercado actual, el aprendizaje constante es prioridad.

La formación virtual se ha convertido en una herramienta indispensable para la organizaciones y sus colaboradores. Los nuevos mercados buscan eficiencia y rentabilidad; a su vez, demandan la presencia de profesionales más integrales, en este caso, con habilidades y competencias digitales. Por tal motivo, ya no se habla de empleo, sino del grado de empleabilidad; es decir, que tan atractivo resulta un postulado para una compañía.

Tener la capacidad de adaptarse a nuevas tendencias del mercado, no es una tarea difícil. Por ejemplo, en Colombia, para el año 2015, de los dos millones de estudiantes que había en el país, 65.000 cursaban sus carreras universitarias de forma virtual (Portafolio; 2015). ¿Esto qué quiere decir? En pocas palabras, las personas son conscientes que si hacen parte de este tipo de procesos formativos e-learning, tendrán oportunidad de formarse, vincularse y laborar eficazmente.

Al tomar la iniciativa de estudiar de forma virtual, una persona asegura con éxito la agilización de sus procesos formativos, evita a gran escala el desplazamiento, adquiere autonomía en su aprendizaje y tiene control total sobre su tiempo. Desde luego, esto trae consigo grandes ventajas, debido a que, se puede laborar y estudiar al mismo tiempo teniendo la oportunidad de adquirir lo que en muchas ocasiones cierra puertas, experiencia.

Las nuevas demandas del mercado laboral vinculan la formación virtual con un único propósito, dar la posibilidad a las personas de aprender y adaptarse al día a día que se vive dentro del trabajo. En ningún momento las compañías requieren el reemplazo de su capital humano por máquinas, en realidad, solo desean digitalizar sus procesos. Actualmente, lo que buscan las organizaciones es el aprendizaje autónomo y constante, con el fin de desarrollar habilidades que permitan un crecimiento mutuo.

Fuente: Larevista.in