Muchas empresas han apostado por desarrollar una cultura de agilidad en sus entornos de trabajo. Entre sus incentivos está poder brindarle al negocio las capacidades para desarrollar innovación y mantenerse competitivos en una economía digital.
Vemos en varios lugares como conceptos relacionados al desarrollo de “tribus”, “sprints”, y “equipos multidisciplinarios” van convirtiéndose en el común denominador de cómo nos organizamos en una empresa. Vemos también cómo algunos negocios mencionan en sus estrategias de marketing la transformación de sus metodologías de trabajo hacia la agilidad, con el fin de proyectar innovación hacia sus clientes.
Lo interesante de esto es que hay mucha información que puede ayudar a determinar si una empresa está o no encaminada hacia una transformación con base en la agilidad. Según Melina Jajamovich, existen tres leyes que deberían representar si estás o no construyendo una cultura ágil para tu empresa.
- La ley del cliente: Cuando la cultura de los líderes y los colaboradores tiene una obsesión por entregarle valor a sus clientes con cada acción o iniciativa que desarrollan en el trabajo.
- La ley del equipo pequeño: El trabajo se realiza en equipos pequeños auto-organizados, trabajando en ciclos cortos y enfocados en entregar valor a los clientes.
- La ley de la red: Hay un esfuerzo continuo y permanente para eliminar la burocracia y la jerarquía de arriba hacia abajo, para que la empresa opere como una red interactiva de equipos, todos enfocados en trabajar juntos para ofrecer un valor creciente a los clientes.
En otras palabras, el resultado de utilizar un cultura de trabajo ágil debería permitir adaptarnos continuamente a los cambios que tienen los clientes con el fin de producir valor para ellos o ellas. Aquí es importante mantener ciclos cortos de trabajo que generen un proceso de mejora continua. Al final, el objetivo es tener una cultura de trabajo que prioriza el esfuerzo y el uso de recursos para crear analgésicos (productos de alto valor), y no vitaminas (productos de bajo valor) como soluciones para los clientes.
Si estas leyes no se cumplen, no importa cuántos marcos de trabajo ágiles se corran en tu empresa, tu organización no es ágil, y por consecuencia esa inversión no traerá los beneficios de esta cultura.
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