El día 256 de cada año se celebra el Día del Programador. Este número es importante para la profesión porque equivale al resultado de 2 elevado a 8, que se refiere al número de combinaciones distintas que se hacen con 8 bits, además de ser la mayor potencia de 2 menor a 365, que son los días que tiene un año que no es bisiesto.
En la actualidad, los conocimientos en esta área son muy demandados, para ser exactos, de acuerdo a las cifras entregadas por el Sence, en Chile se necesitan 6.000 profesionales de la tecnología de la información al año, para cubrir las necesidades de desarrolladores web, full stack, entre otros. El mismo estudio señala que “un 70% de las empresas va a requerir durante 2022 ocupaciones vinculadas a desarrollo, programación o analistas de software y de datos”, pero solo un 16% de los trabajadores digitales son mujeres, según se indica.
Debido a esta necesidad por cerrar brechas de género, el gobierno lanzó el Plan “Chile para Todas”, donde se incluyen varias iniciativas para mejorar los niveles de participación laboral femenina, como el proyecto “Red de Mentoras” a cargo del Ministerio de Ciencia, que es un programa de Liderazgo Feminista que tiene por objetivo potenciar el desarrollo de las mujeres en carreras de ciencias, tecnología, conocimientos e innovación.
El desafío de los programadores
«Es relevante reflexionar sobre las brechas desde la perspectiva de inclusión y diversidad de género, considerando que las mujeres en Chile tenemos un 16% de representación en el área de TI, de acuerdo a la investigación realizada por el Sence. Oportunidades como las escuelas intensivas o bootcamps con foco en mujeres son una alternativa ágil y accesible», comentó Alexandra Neira, Certificate Manager de Laboratoria.
En tanto para Daniela Román, Talent Attraction and Employer Brand Lead en Apiux Tecnología, es importante «tener un modelo a seguir, de personas iguales a ellas, puede ayudar a cerrar la brecha de género, pero también es necesario tener una mirada crítica desde el proceso de selección de las empresas, quienes deben abrir los espacios y ambientes seguros para todos y todas. Esta representatividad de mujeres en la industria tecnológica se tiene que dar desde los primeros años, es ahí donde se van creando los imaginarios».