Aprendiendo a reinventarnos: el talento como motor de una nueva oportunidad para América Latina

Mariana Costa
Escrito por: Mariana Costa el 10/8/20 3:15 PM

Han pasado alrededor de 200 años desde que la mayoría de países latinoamericanos alcanzamos la independencia y tomamos las riendas de nuestro futuro. Aunque el complicado camino de altos y bajos y las innumerables crisis que hemos tenido a veces hacen que estos dos siglos parezcan eternos, viéndolo en perspectiva, estamos aún dando los primeros pasos del camino. Un camino que cambia de manera continua, poco predecible, y cada vez más rápido debido al progreso exponencial de la tecnología, el avance del conocimiento, y fenómenos como esta pandemia. Si el COVID-19 puede dejarnos una lección, es que tomemos conciencia plena de esta realidad y construyamos nuestro futuro pensando en ella.


Esta vez, la crisis nos sorprendió poco preparados.
Economías con altísimas tasas de informalidad. Industrias con muy poca flexibilidad para adaptarse a un mundo cada vez más digital. Sistemas educativos que aún nos preparan para una realidad laboral en rápido proceso de extinción. Brechas de género y niveles de desigualdad que impiden cualquier intento de progreso sostenido en el tiempo. No es sorpresa, entonces, que la crisis sanitaria esté teniendo un impacto profundo y devastador en las economías de la región. Ya van 34 millones de empleos perdidos a causa de esta pandemia, y una contracción en la tasa de ocupación sin precedentes (OIT, 2020). Son millones de personas dejando de percibir ingresos y aportar a nuestras economías, y como muchas veces pasa dadas las brechas existentes, las mujeres han sido las más afectadas por esta pérdida. Según un estudio global de Mckinsey, las mujeres representan un 39% de la fuerza laboral actual, pero han representado un 54% de las personas que han perdido su empleo en esta coyuntura. 

 

Dada esta realidad, si queremos construir una América Latina más fuerte, nuestra prioridad debe ser no sólo sobrevivir, sino trabajar con una visión de largo plazo que aborde nuestros problemas de fondo y logre que esta crisis nos haga más fuertes de lo que éramos antes que llegara. ¿Y cómo lograr tamaña tarea? La respuesta está, a mis ojos, en comprometernos, como prioridad y sin escatimar, a invertir en nuestro talento. La economía que merece Latinoamérica - sostenible, fuerte, y flexible - requiere que equipemos con más y mejores habilidades a las personas. Que lo hagamos, además, desde un enfoque de diversidad e inclusión, en el que nadie se quede fuera. Al final del día somos las personas quienes podremos, o no, reinventarnos para salir de esta crisis. Para lograrlo necesitamos no sólo partir con bases sólidas de educación, sino también fomentar el aprendizaje a lo largo de la vida, y construir habilidades pertinentes a una realidad donde el cambio y la incertidumbre son la constante. Aquí la tarea no es sólo de los colegios o las universidades. Las empresas y organizaciones jugamos hoy un rol fundamental en el aprendizaje de las personas, y debemos asumir la responsabilidad de invertir en nuestro talento porque de ello depende nuestra capacidad de reinventarnos no una, sino múltiples veces a lo largo del camino.

 

En Laboratoria venimos trabajando hace seis años para contribuir a esta promesa. Más de 1,800 mujeres han pasado por nuestro bootcamp para comenzar una nueva carrera en tecnología, transformando su futuro y el de todo un sector. También hemos acompañado a más de 8,000 colaboradores y colaboradoras de empresas en sus procesos de aprendizaje y reconversión laboral, impulsándoles a adquirir nuevas habilidades para trabajar y crecer en la era digital. Hemos visto a cientos de mujeres pasar, en seis meses, del desempleo a ser desarrolladoras de software, logrando un salario competitivo y pudiendo ejercer todo su potencial. También hemos visto a personas en roles operativos, prontos a automatizarse, transicionar para integrar las áreas de innovación digital de sus empresas, demostrando que en el entorno adecuado, su talento puede despegar y agregar enorme valor. 

 

Hoy, dada la coyuntura compleja que vivimos, en Laboratoria sentimos la inmensa responsabilidad de hacer mucho más. Para contribuir a enfrentar esta crisis, queremos poder llegar a muchísimas más mujeres a quienes el sistema actual les ha cerrado las puertas. Llegar también a muchas más organizaciones que quieran invertir en equipar con mejores habilidades a su talento para que este pueda ser el motor de su transformación y crecimiento. Para lograr esto, nosotros también nos estamos reinventando. Como para la mayoría de organizaciones, los últimos meses han sido un camino de cambios profundos, de apertura para aprender a hacer las cosas de manera distinta, y de apostar por descubrir nuevas oportunidades en medio de los inmensos retos que nos trajo esta pandemia.  Como a muchas instituciones educativas, las circunstancias nos forzaron a descifrar cómo lograr el aprendizaje colaborativo que vivíamos en nuestros espacios físicos de manera virtual. Tras mucho aprendizaje, hoy tenemos la confianza de estarlo logrando. Esto nos ha llevado a comenzar una nueva etapa en nuestra historia en la que estamos apostando por convertirnos en una organización remota para el largo plazo, y así, poder trascender fronteras y escalar nuestro impacto. En los últimos meses remotos hemos logrado cosas muy valiosas: la consolidación de una comunidad de mujeres en tecnología vibrante en América Latina mediante nuestras egresadas de todas las sedes. El inicio de un primer bootcamp integrado por mujeres de distintos países. Trabajar con empresas en lugares donde no tenemos sede física, e integrarnos cada vez más como un equipo único, fuerte y resiliente. Ahora tenemos la oportunidad de trabajar para hacer mucho más de esto. 

 

Además de transformarnos en una organización remota, para crecer nuestro impacto estamos también comenzando nuevas alianzas muy especiales para Laboratoria. En los próximos días estaremos anunciando dos ellas: una nueva iniciativa de la mano de Google.org para construir nuevas habilidades que fortalezcan la empleabilidad de las miles de mujeres que cada año no logran entrar a nuestro bootcamp; y una nueva colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo para a impulsar a miles de PYMES a transformarse para mantenerse competitivas en la era digital. 

 

Laboratoria nació con el firme propósito de construir una economía digital más diversa, inclusiva y competitiva en América Latina, que genere oportunidades para todas las personas. Hoy más que nunca nos reafirmamos en esta visión, y nos reinventamos para contribuir con más impulso a ella. Junto a muchas otras organizaciones en este espacio, vamos a apostar, con más fuerza que nunca, por desarrollar en más mujeres y organizaciones las habilidades que necesitan para ser el motor de nuestro progreso. Estamos convencidos y convencidas que sólo así podremos darle a nuestra América Latina la oportunidad de futuro que merece.

Tópicos: Diversidad e Inclusión, Habilidades del futuro

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