Desde mediados de marzo, los negocios han entrado en un proceso de reinvención profunda. En el mundo empresarial vemos cada día cómo aparecen nuevas maneras de generar valor al consumidor producto de la creatividad en las personas que logran identificarlas.
En ese sentido, me gustaría recalcar el rol fundamental que juegan las habilidades de ese talento capaz de descubrir lo nuevo. Competencias como el aprender a aprender, la flexibilidad para acomodarse a las nuevas condiciones, o la apertura para cambiar de paradigmas son fundamentales para generar momentos de creatividad que detonan en nuevas oportunidades.
Nunca antes había sido tan evidente ver cómo la tecnología le permite a cualquier persona usar su potencial para crecer y prosperar. En ese sentido podríamos decir que este es el mejor momento para emprender, pues la principal vía de acceso al consumidor ya no es física, es digital, y eso pone a los pequeños en igualdad de condiciones de competir que los más grandes.
En estas últimas semanas, la chilena Yohanna Agurto ha sido noticia a nivel internacional quien después de haber perdido su empleo decidió intentar emprender con un negocio de venta de miel de abeja con una marca muy particular. Yohanna decidió llamar a su producto “Miel Gibson, solo para corazones valientes”. Su logo tenía la cara del actor Mel Gibson, haciendo referencia a William Wallace, el personaje que interpretó en la película “Corazón Valiente”.
Este nombre tan particular se viralizó en las redes sociales logrando que la prensa chilena cubra la historia, generando una plataforma enorme para impulsar sus ventas, que además empezaron a ser vía Whatsapp.
A pesar de que Yohanna tuvo que cambiar su logo por presiones legales de los abogados del conocido actor, hoy su historia y su perfil es una referencia e inspiración para las y los emprendedores chilenos que esperan lograr sus sueños con pocos recursos, usando sus propias habilidades para crear.
Esta historia retrata lo que hoy cualquier persona, con el interés de aprender y explorar, puede lograr sin importar de dónde viene. Lo maravilloso de este caso es reconocer como Yohanna salió del edificio a descubrir sin pensar en cuánto iba a perder, sino cuánto podía ganar. La creatividad en momentos de incertidumbre es el camino para sobrevivir, para reinventarnos, y para generar valor. ¡Úsala hoy más que nunca!