Conforme avanzan las necesidades tecnológicas en las diferentes industrias, las empresas empiezan a reflejar el aumento de la demanda de talento especializado en tecnología. Sin embargo, las organizaciones en el mundo tienen problemas para encontrar talento tecnológico cualificado y esto perjudica el desarrollo efectivo de las actividades.
Cada vez las empresas están buscando cómo crear estrategias, seleccionar talento y capacitar a sus empleados frente a la necesidad de capacitar a sus colaboradores en el manejo de nuevas tecnologías para mejorar estas habilidades.
Un estudio realizado por Experis, empresa de recursos profesionales, realizada a 40.000 responsables de selección de personal de empresas en 40 países reveló que una de cada cinco compañías tiene problemas para encontrar talento tecnológico.
“La realidad del sector tecnológico es que empresas y empleados deben ser capaces de adaptarse más; y esta necesidad se extiende también a la selección del talento”, explica Ricardo Morales, director general de Experis.
“Nuestro estudio sugiere que los líderes deberían dejar atrás sus antiguas teorías acerca de la selección y el desarrollo de los profesionales. En su lugar, deberían guiarse por los datos de los empleados, una filosofía del talento clara y la voluntad de experimentar”, dice Morales.
Con ese panorama, Experis destacó cuatro estrategias para llevar a la práctica esta nueva visión del talento, lo que permitirá que las compañías puedan identificar los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de reclutar, anclar y formar a sus colaboradores en cuanto a habilidades tecnológicas y llegar a tener éxito en sus actividades y transformación digital.
Los colaboradores que ya conocen el ADN de la compañía, y tienen la habilidad técnica y el conocimiento a profundidad de la organización, pueden ser claves para crear una estrategia en donde el reskilling y la formación continua de estos permitan que adquieran habilidades óptimas para responder a las exigencias de las nuevas tecnologías y asuman nuevos retos profesionales que los convertirán en un motor de cambio y crecimiento.
En ese sentido, Morales recalca que las empresas deben mejorar la forma en que evalúan el rendimiento de los profesionales, para poder predecir mejor qué serán capaces de hacer en el futuro, en lugar de juzgarlos únicamente por los logros que han tenido en experiencias laborales previas.
El estudio hecho por Experis sugiere buscar talento oculto. Este es aquel que ha sido rechazado por condiciones adversas como problemas de salud, cualificaciones oficiales, aquellas personas que fueron rechazadas y que pueden tener un gran talento para las tecnologías.
Para Morales, se trata de cambiar dónde buscan los empresarios y cómo lo hacen.
“Las empresas deben replantearse la forma en que seleccionan a su equipo. El enfoque tradicional centrado en filtrar candidatos en base a sus cualificaciones y experiencias puede no llegar a identificar profesionales con las cualidades naturales que busca y necesita la empresa para su evolución”.
Se busca convertir esta estrategia a un espacio para garantizar la diversidad cultural, igualdad e inclusión y, así, diseñar y personalizar la experiencia de los candidatos en función de sus destrezas y no de las expectativas predeterminadas de los líderes. Esto puede explotar al máximo el potencial de estas fuentes de talento oculto.
Los datos, las pruebas y la información que contiene datos permiten tener una evaluación para contratar y retener a los candidatos más adecuados. Actualmente, 76% de las empresas con más de 100 empleados recurre a herramientas de evaluación, como pruebas de aptitud y personalidad, para la contratación.
A medida que se dispone de más datos, la organización se asegura una información más precisa que puede seguir utilizando para adecuar y refinar cada vez más sus procesos de selección y búsqueda del personal idóneo, de acuerdo con las metas corporativas.
Según el informe de Experis, la adopción de nuevas tecnologías y asimilación del cambio puede representar grandes retornos en productividad, por lo que debe ser facilitada a través de una cultura de confianza, promovida desde el liderazgo.
En medio de la nueva realidad, en la cual los trabajadores adquirieron una nueva modalidad de trabajo híbrida, las organizaciones deberían cultivar y mantener un liderazgo sólido, basado en la empatía, la inclusión, el reconocimiento y los valores compartidos.
Una cultura basada en la confianza permitirá a los líderes facilitar el cambio, sacando partido de las tecnologías digitales para apoyar a sus equipos en una gran variedad de actividades de valor añadido; y permitiendo orientar las decisiones en materia de talento hacia principios y políticas centradas en el bienestar de los colaboradores.