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No hay límites para lo que quieras ser

Escrito por Rosario Wrobel | 8/22/22 7:09 PM

¿Qué querés ser cuando seas grande?, la pregunta más común que escuchábamos de niños y niñas. Mi nombre es Rosario Wrobel, soy Front-end Developer, egresada de Laboratoria y me gustaría contarte un poquito de mí y el poder de reinventarse.

Nací en Chaco - Argentina, al noroeste del país. Crecí en su capital, llamada Resistencia que, a pesar de ser una ciudad relativamente joven, guarda un tradicionalismo en el que todavía se respetan ciertas normas que la sociedad inculcan, como la más notable, la lista de tareas por hacer en la vida. Crecer, estudiar, recibirse, casarse, etc. Es muy difícil romper el esquema. 

A pesar de esto, yo siempre me sentí distinta a esa estructura. A mi corta edad no sabía responder a la pregunta que siempre nos hacían los mayores: ¿Qué quieres ser cuando seas grande?.

Al empezar la universidad me encaminé a Arquitectura. Una vez que inicié, a pesar de que es algo que me encanta, no lo sentí como parte mía realmente y cambié de carrera universitaria. Seguí lo familiar, Cs Económica, ya que tengo dos padres contadores. A pesar de que no me gustaba, en ese camino obtuve mi primer trabajo formal como ayudante contable. Así fui creciendo. Conseguí otro empleo, aprendí mucho, me rodeé de gente increíble, y sobre todo desarrollé la capacidad de crear proyectos y manejarlos (una habilidad de la cual hoy aprovechó un montón). 

Sin embargo, dentro mío estaba en la búsqueda de otra cosa. Siempre faltaba algo.

Hasta que en un momento mi vida cambió al 100% al aparecer una frase: ‘Nos vamos a vivir a Santiago de Chile’.

En el 2018 nos vinimos con mi familia (mi pareja y nuestro perrito, Oso) a Chile. Al principio fue emocionante rearmar nuestras vidas. Pero al pasar el tiempo lo que era emocionante se volvió un poco más abrumador. El pensar en ‘bueno y ahora qué hago’ se volvía una pregunta constante en mi día a día. No teníamos contactos y se presentaba el reto de empezar de cero, sin conocer las costumbres, tradiciones e idiosincrasia de un país nuevo. Así que me armé de valor y actualicé mi CV para empezar la búsqueda de empleo.

Fue una etapa muy fuerte. No conseguía nada, pasaban los días, y los meses. Hasta que me di cuenta de que, si quería hacer lo mismo que hacía en Argentina, debería estudiar de vuelta. A pesar de que hubo días que realmente me sentí muy mal, sobre todo anímicamente, empecé a buscar nuevos retos, sin imaginarme que esa primera búsqueda de Google me tenga hoy escribiendo esto ahora.

Busqué carreras modernas, o también empleos del futuro, ya que realmente necesitaba empezar algo que me ayude a sobresalir y no tener más miedos a los nuevos retos que se me presenten. Como del que tenía en aquel presente, el de un nuevo país. Aparecieron muchas opciones, como Marketing Digital, Recursos Humanos, Scrum Master, entre otras. Pero todas estas búsquedas me llevaron a un punto en común ‘desarrollo web’. Más específicamente front-end. Mi búsqueda, aunque pensé que terminaba, no, recién comenzaba.

Empecé a ver las oportunidades que traía el desarrollo web en todos sus sentidos, tanto laboral, como personal: la gran oportunidad de reinventarse todos los días. Aprender código, no iba a ser la ‘puerta’ de ingreso a un mundo nuevo, era la ‘LLAVE’ que iba a abrir todas mis puertas y todas las que quiera.  

Con ese empujón interno, comencé a investigar más e inicié mi nuevo pasatiempo. Rápidamente empecé con pequeños retos en Python y después me di cuenta que ya era autodidacta. Al salir mis primeros proyectos, yo solo quería aprender más.  

Un día, una amiga me habló de Laboratoria. Ella recién había ingresado y como sabía que yo estaba de autodidacta aprendiendo código, me alentó a que ingresara a ese bootcamp. Al principio no estaba segura, pero algo dentro mío no dejaba de sonar y de decirme: ‘Ro, intentalo’. Así que me animé y lo hice: ¡Postulé a Laboratoria! 

El proceso fue largo: justo postulé antes del estallido social en Chile y después empezó la pandemia. Se hizo tan larga la espera, y con tanto caos en el mundo, empezó la incertidumbre. Hasta que una noche, de las de primera en la pandemia, veo el ansiado mail. 

¡Bienvenida a la Laboratoria! Fue la mejor experiencia de mi vida.

Laboratoria marcó un antes y después en mí. No solo aprendí una carrera que me proporcionó un empleo digno y me hizo independiente, también me dio PASIÓN. Me dio otra mentalidad, un nuevo espíritu.  Suena fuerte, pero realmente es así.  Cuando hago una vuelta atrás y veo que todas mis creencias con la que crecí, dejo de pensar que había un To-Do que deberíamos ir completando en cada etapa de nuestras vidas y en mi caso particular, que en ese momento no lo había hecho ni la mitad. Se rompieron el día que decidí cambiar mi destino con la mano de Laboratoria. Hoy soy mi nueva lista, mi nueva meta, aprendí a sorprenderme a mí misma y mezclar mis conocimientos de antes, con mi nueva versión. Aprendí a romper mis propios paradigmas de lo que la sociedad espera y crear un universo sin límites sin responder a nadie. Me di cuenta que venimos a aprender, no importa cuándo, cómo, ni por qué. Solo se necesita las ganas y fuerzas para darnos el mejor lugar a nosotras mismas.

A veces cuando pienso que no puedo, o me encierro en mis pensamientos negativos, me viene a la mente todo el esfuerzo, todos los retos que pasé, y resuena en mi cabeza la frase más popular entre nosotras: ‘ hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo’. Creo que es la mejor manera de representar esa experiencia. Aprendí que uno ya tiene el NO asegurado, así que la idea es ir a buscar el SÍ. Nosotras desaprendemos a limitarnos para llegar a donde queremos, cada una, rompiendo barreras. 

Laboratoria significó el reto de aprender front-end, de ver lo que soy capaz de hacer en un sector desconocido, de generar amor por lo que estoy haciendo y sobre todo de sacar de mi cabeza la pregunta ¿qué quieres ser cuando seas grande? e instalar un nuevo mantra: ‘No hay límite para lo que quiera ser’.

Hoy en día soy Front-End Developer en Iprospect. Todos los días tengo nuevos retos, trabajo con grandes marcas, haciendo desarrollo de sus web, tanto como maquetado en HTML y CSS o con variedad de tecnologías aplicadas, desde JavaScript vanilla, el uso de frameworks como React, pero combinando CMS, como strapi entre otras. 

Me permitieron reinventarme y ser yo misma. Aprovecho un montón los conocimientos de mi vida anterior, como me gusta llamarla, trabajar en equipo, armar proyectos, ser comunicativa y tener buen manejo con los clientes. Los combino con mis nuevas habilidades de desarrollo web y siento que es un hermoso talento 💛. 

Hoy soy parte de una gran comunidad de mujeres en tecnología y soy una gran creyente de que todas podemos dar un cambio a nuestras vidas. También soy creyente de que trabajar con una egresada de Laboratoria en tu equipo de tecnología no solo es trabajar con una persona con amplios conocimientos en desarrollo web o diseño UX, sino que también es trabajar con personas resilientes, que decidieron cambiar y no tienen miedo a los retos. Te lo digo yo, que soy la prueba de ello.