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La importancia de la mentoría para el talento tech

Escrito por Marcelo Torres | 5/4/22 4:49 PM

Los programas de acompañamiento y mentorías no son recientes en las empresas. De acuerdo con la investigación de Kaitlyn Conboy y Chris Kelly de la Universidad de Cornell, cerca del 70% de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos tienen algún tipo de iniciativa de este tipo para promover la diversidad, realizar inducciones a nuevas contrataciones y desarrollar a colaboradores con alto potencial. 

El conocimiento tiene un valor y un costo de descubrimiento, cada uno puede ser medido y ponderado. 

Cuando conectamos a un mentor o mentora con su mentee el valor del conocimiento se vuelve expreso y palpable para ambas partes, mientras el costo de descubrimiento se reduce para quien recibe el acompañamiento. 

Ahora bien, si pensamos en las mentorías en el marco de la industria de tecnología, encontramos que los beneficios exceden la inversión en tiempo que se hace. 

Por la naturaleza de esta industria, el ritmo acelerado con el que evoluciona hace demasiado fácil sentir que nos estamos quedando atrás, y si sumamos el reto de mantener el balance entre el tiempo de programación y las reuniones -agendadas o no- con equipos internos o clientes, resulta indispensable contar con el apoyo de personas que han sabido transitar por este camino manteniendo visibilidad sobre su rol y haciendo que sus contribuciones cuenten.

 

Un valor adicional para las mujeres en el sector

De acuerdo con nuestro estudio realizado en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hoy en día menos del 25% de las personas que trabajan en equipos de desarrollo son mujeres. 

Siendo un grupo minoritario, tener acceso a un mentor o mentora se vuelve crítico para construir confianza en momentos clave de su crecimiento profesional. Recuerdo una conversación con la directora de reclutamiento para un unicornio latinoamericano, ella mencionaba que parte del reto para su empresa no era únicamente atraer más mujeres, sino garantizar las condiciones para que su crecimiento fuera al mismo ritmo que sus contrapartes masculinas. 

Parte del hallazgo de su equipo fue que las mujeres no se sentían seguras para hacer preguntas -pensando que eran las únicas en el cuarto que no conocían las respuestas-, y en general reducían su exposición en espacios colaborativos. Esto a su vez hacía que recibieran encargos de menor complejidad, lo que con el paso del tiempo les hacía menos competitivas al momento de concursar por un posible ascenso. 

No es que no tuvieran las capacidades, es que por “cuidarlas” no se les daban tareas retadoras que demostraran su potencial. Aquí es donde tener un mentor o mentora puede romper la inercia; ya sea por la generación de confianza o incluso como “sponsors” que recuerden a otros líderes la importancia de mantener el balance entre todas las partes.

 

Múltiples beneficios, múltiples beneficiarios

Considerando lo anterior, comparto aquí 5 razones concretas por las que es importante diseñar y promover formatos de mentoría para el talento en tecnología.

 

1.- Ambas partes salen ganando.

Como ya lo vimos antes, promover este esquema de intercambios reduce los costos e incrementa el valor del conocimiento, al mismo tiempo empodera a quien ejerce la mentoría, ya que las personas que cumplen con este rol se sienten más valoradas y hace de su labor una más significativa.

Por parte de quien está recibiendo el acompañamiento no solo se recibe información sobre problemáticas específicas, cómo resolver un reto técnico por ejemplo, sino que se crean espacios de confianza donde se puede recibir consejo sobre dudas asociadas al rol, su posición en un equipo e incluso su potencial en una industria. Este tipo de dudas no tendrían un lugar en las mesas comunes de trabajo.

 

2.- Se promueve la diversidad en los roles de liderazgo. 

Los programas de mentorías incrementan la representación de minorías en puestos directivos hasta en un 24%. Esta cifra es importante para las empresas que buscan mantenerse competitivas y diversas, no solo porque líderes con visiones diversas promueven productos más innovadores, sino también porque previene el abandono.

De acuerdo con un reporte de Accenture y Girls Who Code, cerca del 50% de las mujeres en tech abandonan la industria, para los 35 años casi la mitad habrán cambiado de carrera, comparado con el 20% en otras profesiones. 

Saber que hay potencial de crecimiento es, entre otras cosas, un gran incentivo para mantenerse en una carrera profesional.

 

3.- Se crea una cultura de trabajo inclusiva y un sentido de comunidad.

En la labor cotidiana de los equipos tech suele haber una paradoja: el tiempo que se invierte en reuniones y espacios de interacción viene a costa del tiempo para programar y crear código. Esta puede ser a su vez una carrera muy social, por los espacios que existen para intercambiar conocimientos, pero la aplicación de dichos conocimientos son casi siempre una labor individual. 

Así pues, un mecanismo que las empresas deben considerar para mitigar los efectos de esta dualidad es promover culturas de trabajo inclusivas, donde haya una comunidad activa. Esto genera redes que facilitan para cada mujer y hombre el balancear las dos facetas de su hacer profesional. Los programas de mentoría ayudan con este propósito porque se crean redes informales de colaboración, y se generan intercambios no estructurados entre áreas y niveles jerárquicos que aligeran tensiones y promueven confianza.

 

4.- Se incrementa la innovación. 

De acuerdo con Scott Page, en su libro Diversity Bonus, el encuentro de conocimientos diversos, con trasfondos y herramientas distintas, permite construir más o mejores categorías para resolver problemas complejos. En ocasiones los retos que enfrentan las empresas no solo se resuelven con fuerza bruta -más horas y más café- sino que requieren del cruce de perspectivas para llegar a soluciones más eficientes o factibles.

Piensa en tu trabajo, por lo general tus peers tienen retos similares e ideas parecidas sobre lo que funciona. Cuando buscas en internet, las soluciones que aparecen son hasta repetitivas y los retos profundos por definición no encuentran su respuesta en Wikipedia. 

El intercambio intencionado de perspectivas se vuelve una herramienta más efectiva y los espacios de mentorías promueven dichas condiciones. Ya sea que la mentee tenga un reto que se asemeje al de su mentora o mentor, o simplemente que en el intercambio de ideas vengan enfoques no tradicionales, ambas partes pueden salir de los espacios de mentoría con visiones renovadas para sus propios retos. 

 

5.- Se incrementa la productividad.

La mejor manera de aprender algo es enseñando. Mientras las y los mentores le enseñan nuevas formas de hacer las cosas, pueden reflexionar sobre su conocimiento y mantienen abierta una mentalidad de crecimiento.

Esto es indispensable para poder avanzar cuando nuestro rol o proyectos llegan a un impasse. Una fórmula simple para calcular la productividad es: producción / horas trabajadas. El tiempo es entonces un factor importante y los bloqueos juegan en contra.

Conozco más de un caso de profesionistas que pasan horas frente al monitor tratando de resolver un reto técnico o estratégico sin mucho avance, solo para encontrar que en un intercambio con colegas durante la comida, alguno sugiere un camino que destraba y acelera la solución. 

Las mentorías son un espacio similar, que más allá de la estructura formal que puedan tener, promueve intercambios intencionados entre sus participantes, y abre las compuertas de la creatividad y la solución de problemas para ambas partes.