Crónica de cómo cambiar y combinar para conquistar (o intentar hacerlo)
No es ninguna novedad decir que el conocimiento y las ideas son una fuente primordial de desarrollo económico, incluso más importante que algunos recursos “tangibles”. Hemos visto crearse nuevos patrones de trabajo y prácticas de negocio que requieren un tipo de trabajadores con habilidades nuevas y diferentes, incluyendo a ejecutivos y gerentes. Se necesita a personas que se adapten al cambio, que encuentren soluciones “nuevas” a problemas “nuevos” y no que repitan, una y otra vez, una misma tarea.
En América Latina hemos visto ese proceso, muchas veces, desde “detrás de la vitrina”, mientras seguíamos felices en nuestros pequeños feudos, explotando nuestros recursos naturales, acumulando unas pocas grandes riquezas y a la vez grandes desigualdades. Es como la escena de una película con un personaje viejo y anacrónico, atrincherado en una casona que se apolilla silenciosamente desde adentro, mientras se regodea con su pasado y su servidumbre en vías de extinción.
Terminemos de aceptar que nuestro verdadero progreso y desarrollo humano no pueden estar desligados del desarrollo de nuestras habilidades e inteligencia colectivas; necesitamos aprender tan rápido como podamos, y no lo estamos consiguiendo con las estrategias de siempre. Buscar oportunidades de colaboración entre personas y organizaciones con experiencias y competencias complementarias, es una excelente manera de crear situaciones en las que “todos ganamos” y nos beneficiamos realmente.
En Laboratoria nos hemos propuesto, con modestia, el desafío de generar un impacto sistémico y, por lo tanto significativo, en nuestra región. Lo hacemos trabajando en el desarrollo de talento diverso y generando oportunidades laborales de calidad que lo reciban.
Promovemos un modelo de aprendizaje que cambia el tradicional paradigma de “yo te enseño” a “yo aprendo”, que busca siempre el desarrollo de habilidades de largo plazo como aprender a aprender, pensamiento crítico y solución de problemas, que prepara para trabajar en entornos de incertidumbre en los que ya no se necesita siempre planificar y ejecutar las mismas tareas, pero sí aprender para adaptarse al cambio constante.
En nuestro bootcamp de Front-end Development y User Experience Design de Lima, Santiago de Chile, Ciudad de México, Guadalajara, São Paulo y muy pronto Bogotá, tratamos de que cada una de las estudiantes se apropie de su aprendizaje y desarrolle su potencial individual para poder acceder a un mercado laboral en crecimiento, con mejores perspectivas de ingresos y condiciones de trabajo. Queremos que todas ellas desarrollen la motivación autodirigida para seguir aprendiendo permanentemente en función de su desarrollo personal y profesional. Creemos que eso es lo mejor que pueden llevarse de su paso por Laboratoria.
Por otro lado, llevamos programas de entrenamiento corporativo a las empresas para ayudarlas a desarrollar una mentalidad, cultura y metodología de trabajo diferentes, y para que encuentren el talento “oculto” de sus trabajadores. Tenemos la convicción de que el potencial y talento están en todas partes pero no así las oportunidades para hacerlos visibles y que puedan desenvolverse exitosamente.
Dicho sea de paso, es curioso que casi siempre se asume que los trabajadores que necesitan cambiar son solamente los “subordinados”. Son también los ejecutivos que, a veces, si no cambian, los cambian a ellos y no a su manera de trabajar.
Cada vez que un grupo de estudiantes termina su bootcamp de 6 meses, organizamos un Talent Fest, es una hackathon en la que las empresas traen ideas de proyectos en los que trabajan durante 36 horas junto a recién egresadas. Esta es una primera instancia en la que conectamos la demanda de talento de las empresas con la búsqueda de oportunidades de trabajo de las egresadas.
Creemos (o creíamos) que no hay mejor manera de lograr esa conexión que facilitando esta oportunidad de conocerse mutuamente en una experiencia real pero breve de trabajo.
Talent Fest São Paulo, noviembre 2019. Fuente: Laboratoria
Si bien en este evento logramos integrar a todos los actores, son sólo unas pocas horas que nos dejan la sensación de ser insuficientes y que estamos solamente raspando la superficie de mejores soluciones. Hemos intentado variantes de la misma receta y considerado otras ideas de mejor integración que han producido tensiones y conflictos dentro de nuestro propio equipo, a veces trabajando en silos, porque no hemos estado de acuerdo sobre si esas ideas nuevas permitirían a todas las partes lograr plenamente sus objetivos sin “parasitarse” mutuamente. Entonces nos queda siempre la pregunta:
¿Cómo diseñamos una experiencia “de trabajo 100% real” de manera que el proceso tenga suficiente valor para las empresas y que les paguen a las estudiantes por por trabajar-aprender?
Para una empresa puede no ser una buena inversión de dinero y esfuerzo trabajar varias semanas con estudiantes que están en medio de su proceso de aprendizaje. Para las estudiantes puede ser una pésima estrategia adecuarse a las necesidades específicas de los proyectos de las empresas porque, muchas veces, no coinciden con los objetivos de aprendizaje técnicos de nuestro bootcamp. Para Laboratoria puede ser un error terrible forzar una experiencia para la que ninguna de las partes esté lista y que ambas terminen “perdiendo” algo en el intento. Estas son algunas de las dificultades que explican nuestra dificultad para encontrar soluciones diferentes.
Por otro lado, muchos de los programas de entrenamiento corporativo que ofrecemos a las empresas, logran generar visibilidad e interés en sus organizaciones acerca de un enfoque distinto para trabajar. “No saber”, experimentar y fallar para aprender, comienza a ser visto como algo que ayuda a resolver problemas e innovar, y no como un defecto o una señal de incompetencia. No obstante, cambiar mentalidades, hábitos y comportamientos, toma mucho más tiempo que las pocas horas que duran los talleres. Es muy difícil convertir ese “descubrimiento” e interés, en una transformación real que, además, facilite su capacidad de recibir al talento por el que trabajamos. La pregunta que queda flotando al final de estos programas es: ¿cómo comienzo? Y si bien la respuesta irónica es “comenzando el lunes”, la realidad es que hacerlo es difícil y requiere, como en el caso de nuestras estudiantes de bootcamp, aprender haciendo.
Pablo Picasso “pintando” con luz. Fuente: LIFE Magazine
“Siempre estoy haciendo cosas que no sé hacer, de manera que tengo que aprender cómo hacerlo.” - Pablo Picasso
Durante la última edición del Talent Fest de Lima (nov. 2019), una de las empresas participantes fue RANSA, un operador logístico líder en Latinoamérica con presencia en 7 países y 34 ciudades en la región que busca convertir la logística en la ventaja competitiva de sus clientes. La empresa llegó con el objetivo de crear, en 36 horas, y junto a un grupo de recién egresadas, el prototipo de una aplicación para sus clientes.
Muchas de las empresas que llegan al evento, lo hacen con el objetivo de lograr, en muy poco tiempo, un prototipo o producto tangible que evidencie el valor que tiene adoptar una manera distinta de trabajar; me refiero a un trabajo adaptativo que parte del “no sé exactamente qué necesito hacer ni cómo hacerlo y entonces tengo que descubrirlo en el camino” vs. uno predictivo que asume “ya sé bien todo lo que quiero hacer y cómo hacerlo porque lo hice antes, así es que debo planificar y ser eficiente en su ejecución”.
La experiencia para RANSA y las egresadas fue excelente, y entonces alguien del equipo de Laboratoria (Mariano) planteó la siguiente pregunta:
“¿Qué pasaría si en lugar de trabajar por 36 horas, lo hacemos por 2 o 4 semanas (egresadas, empresa y Laboratoria)?”
Le propusimos la idea al equipo de RANSA y confiaron en embarcarse junto a nosotros en esta aventura sin otro destino claro que el viaje en sí mismo. Surgió así la oportunidad de probar algo diferente que nos permitiera aprender a todos y todas y, a nosotros en particular, si es que es posible integrar mejor las necesidades de todas las partes involucradas.
Crear la app de RANSA no sería el objetivo per se, sería el vehículo para aprender una nueva metodología y cultura de trabajo, una “infección” desde adentro. En nuestra opinión, aprender haciendo es el mejor camino, y así como nuestras estudiantes aprenden y desarrollan habilidades como consecuencia de trabajar en los proyectos de nuestra currícula, desarrollar esa cultura y metodología de trabajo nuevas sería, para la empresa, la consecuencia de trabajar en su aplicación junto a un equipo de egresadas y coaches de Laboratoria. La empresa no “compró” un servicio de desarrollo de software con un alcance fijo porque Laboratoria NO se dedica a eso (por favor no insistir). Sí se involucró en un proceso incierto y guiado que le permitiría aprender haciendo y, a la vez, lograr ese resultado concreto que genere impacto y visibilidad en su organización sobre el valor de un enfoque de trabajo diferente.
“No puedes forzar el compromiso, lo que sí puedes hacer es…empujar un poquito por acá, inspirar un poco por allá y proveer un modelo de comportamiento. Tu principal influencia es el entorno que puedes crear.” ―Peter Senge
Iniciamos el proceso con una simple sesión de 3 horas en la que definimos lo básico del marco de trabajo Ágil, los roles y responsabilidades de cada persona participante. Entendimos mejor las tecnologías, los datos y servicios con los que tendría que lidiar el equipo. Comenzó así un proceso en el que participan:
Arrancamos con grandes expectativas y mucha incertidumbre. Surgieron los primeros y típicos impedimentos operativos en una organización preparada para ejecutar de manera eficiente sus procesos estandarizados, pero que cuando se necesita cambio, se hace evidente su dificultad inicial para cambiar rápidamente.
Fuente: RANSA
Vimos la convicción del equipo participante de RANSA por tener una experiencia provechosa de aprendizaje, su humildad para “dejarse llevar” y confiar en que estamos todos embarcados en un mismo viaje, con objetivos quizás distintos pero perfectamente compatibles y complementarios.
También confirmamos lo tenso que es para un equipo Ágil-autónomo lidiar con la presión de tener encima los ojos de una organización en proceso de cambio. Es difícil moverse entre las expectativas tradicionales de hacer delivery cuando lo decide alguien externo al equipo (y que sabe de otras cosas pero no de hacer apps) y las de la autonomía, la experimentación y el aprendizaje. Hay quienes observan con expectativa e interés por la posibilidad real de cambio, quienes esperan que no haya “éxito” para que nada cambie y quienes ven con desconfianza que las personas de un equipo tengan que “aprender en el camino” y no que lleguen a ejecutar con maestría como dicta nuestra cultura de trabajo industrial-lineal.
Después de los primeros 2 sprints, ya se sentía a un equipo multidisciplinario, resolviendo los problemas que se identificaban en sus retrospectivas, buscando transparencia, aprendiendo constantemente, pidiendo ayuda cuando era necesario, superando las inseguridades iniciales y comenzando a sonreír un poco al ver los resultados de su propio trabajo.
En el 5to sprint, la punta del iceberg son las primeras características de la app (Historias de Usuario) completas e implementadas en una versión de pruebas en Google Play Store. Lo que está debajo es el comienzo de un enorme aprendizaje para las 3 partes.
Las 8 semanas de trabajo no han terminado, las conclusiones y aprendizajes finales vendrán después. Por ahora nos interesa compartir el proceso.
Para la empresa
Hay un potencial de impacto rápido y efectivo al promover una iniciativa que combina a un equipo externo que “trae” la mentalidad y cultura que se buscan (egresadas y coaches de Laboratoria) con el equipo interno que necesita y quiere cambiar.
Con esa cultura de trabajo “adquirida”, y ya viva en un equipo, se simplifica pensar en continuar o escalar porque ya se entiende qué es realmente y lo que implica. Eso sucede gracias a haberlo “hecho” y no solamente por haber leído o escuchado al respecto. Se aprende y cambia haciendo.
Para las egresadas
Viven una primera experiencia de trabajo-aprendizaje real y sin sacrificar el escaso tiempo del que disponen(mos) durante los 6 meses que dura el bootcamp. En este escenario, no hay problema alguno en trabajar 100% en función de objetivos y características del proyecto de la empresa.
Es un proceso con el acompañamiento de Laboratoria, entonces resulta ser una transición muy natural a la “realidad laboral” que les espera. Entienden y viven las dificultades propias de las organizaciones: negociaciones que se deben hacer, fracasos que enfrentar, burocracias, fricciones, etc. Ya no es un simulación, es.
Testimonio 1: “Al terminar el bootcamp tuve todas las inseguridades sobre si de verdad tenía las capacidades para iniciar una carrera como Front-end Developer, estaba de vuelta el síndrome del impostor. Son momentos de alta incertidumbre en los que se necesita conocerse muy bien para aceptar con humildad que siempre va a existir algo que no sabemos pero que esta situación no es ajena a nuestros futuros empleadores. Cuando supe la propuesta de continuar con lo que empezamos en el Talent Fest, ¡fue GENIAL! y eso llegó para responder a mis inseguridades del comienzo…”
Testimonio 2: “Comencé llena de miedos e incertidumbre. Al principio me sentí en el enredo total, luego vi cómo poco a poco se aclaraban las cosas, sentí que se podía y comencé a sentirme más empoderada. El aprendizaje ha sido uno de los más gratificantes. Si bien es cierto que en Laboratoria trabajamos en proyectos parecidos a los que enfrentaremos en una empresa, este proyecto es real y retador por trabajar en un equipo ágil y multidisciplinario. Creo que todos hemos aprendido, la empresa, nosotras mismas y también Laboratoria.”
Para Laboratoria
Podemos ser un verdadero aliado estratégico que acompañe el proceso de transformación de las empresas desde adentro, creando capacidades y facilitando el entendimiento de cómo aprovechar mejor el talento de las personas.
Esta es, quizás, la mejor experiencia de aprendizaje que hemos podido darle a las estudiantes-egresadas en la historia de Laboratoria. Es la combinación perfecta de “trabajo real” pero con nuestro acompañamiento. Esta experiencia nos permite replantearnos absolutamente todo lo que estamos haciendo.
Es un desafío encontrar el balance entre coachear y terminar involucrándose, con exceso de iniciativa, en la toma de decisiones y definición de estrategias que corresponden a la empresa.
Recordamos que los bootcamps como el nuestro han proliferado alrededor del mundo como una respuesta a la desconexión entre la demanda del mercado laboral por talento específico y la incapacidad del sistema educativo tradicional por responder a esa realidad a la velocidad necesaria. Esa capacidad de responder depende de “traer” las necesidades y tendencias desde la industria “de primera mano”, y esta es una excelente manera de hacerlo.
Los escenarios en los que “todos ganan” son más posibles de lo que creemos. Cuesta salir de la cultura y mentalidad de relaciones asimétricas en las que todo se trata, exclusivamente, de transacciones comerciales en las que no todos ganan.
Cambiar es siempre una buena idea, aunque creas que ya lo “estás haciendo bien”.
Sí, es agotador estar todo el tiempo repensando, experimentando y cambiando todo lo que hacemos. Pero no sabemos otra manera de mejorar constantemente nuestro trabajo (por ahora)… además, es entretenido.
Autorretratos de Pablo Picasso a lo largo de su vida.
¿Quiere decir que hemos encontrado un modus operandi que podemos usar siempre? No, estamos experimentando y aprendiendo.
¿Cómo escalamos una experiencia como esta? No tengo ni la menor idea. Ya tendremos que recorrer ese camino incierto cuando llegue el momento y si es que queremos hacerlo.
¿Y para qué publicas algo que no sabes si va a funcionar? Porque el proceso es en sí mismo un aprendizaje, independientemente de lo bueno, lo malo, los obstáculos o los triunfos que resulten. Porque creemos que compartir el proceso de observación, cuestionamiento-hipótesis, experimentación y aprendizaje (sí, el mismísimo método científico al que no le das bola desde el colegio) pueda “contagiar” un poco las ganas de descubrir formas nuevas de aprender o de desarrollar iniciativas de transformación.
Gracias por leer.
PD: gracias a todas por los comentarios que ayudaron a completar este post.
Puedes conocer más de esta experiencia de aprendizaje junto a Ransa en este video: