La historia de una mujer inspiradora y apasionada, que decidió superar cualquier obstáculo y alcanzar sus sueños. Ella es Annie Azaña, una Front-end Developer de Carabayllo, Perú, que trabaja para una empresa de Estados Unidos.
Cualquiera pudo haber tirado la toalla, pero ella no. La vida no ha sido fácil para Annie Azaña. Vive en Carabayllo, un distrito situado al norte de Lima, lejos de donde se mueve todo. Desde allí, ir al centro de la ciudad toma casi tres horas.
Annie eligió que la distancia no se convierta en un problema. Todo lo contrario, quiso que sea una motivación. Con ese espíritu ha tomado las decisiones más importantes de su vida, como la elección de su profesión, por ejemplo.
Fuente: Laboratoria
Annie escogió estudiar ingeniería informática, una carrera que, tradicionalmente, en Latinoamérica, es seguida por más hombres que mujeres. Su experiencia universitaria fue más que clara: en su promoción eran apenas 7 mujeres y más de 30 hombres. En el Perú, menos del 10% de los estudiantes de carreras tecnológicas son mujeres, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Sin embargo, esta predominancia masculina, que relega a las mujeres a las labores más básicas y operativas en las tareas universitarias y posteriormente en las actividades laborales, tampoco fue un problema determinante para Annie. Luego de pasar por las aulas universitarias, encontró en Laboratoria el lugar perfecto para aprender lo que no pudo antes: código.
“Yo llegué a agarrarle odio al código”, dice Annie, riéndose, cuando recuerda su paso por la universidad. En aquel tiempo no imaginaba que años después, en el aula de Laboratoria, el código se volvería su aliado. “Me encantaba cómo todo era tan dinámico, me hizo curiosear, ir más allá. Además, descubrí otras habilidades que tenía”, cuenta, feliz.
Annie ha crecido como persona y como profesional. El inglés, un idioma clave para su trabajo, pudo ser también una distancia. Pero no lo fue. Lo aprendió con éxito y ahora lo practica todos los días. Luego de las dos experiencias laborales que vivió tras graduarse de Laboratoria como Front-end Developer, entró a Crodwbotics, una empresa de Silicon Valley, Estados Unidos, el centro mundial de la innovación y la tecnología, nada menos.
Annie ha vencido la distancia geográfica, la de género, la del idioma y, todos los días, desde su habitación, supera los miles de kilómetros que la separan de Silicon Valley, trabajando de manera remota. Annie sabe que no hay distancia que pueda con ella. Y en Laboratoria sabemos que su talento seguirá haciendo historia.