La tecnología es un sector clave para el desarrollo económico y social de América Latina y el Caribe, pero también uno de los más desiguales en cuanto a la participación y el liderazgo de las mujeres.
Según diversos informes y estudios, las mujeres enfrentan múltiples barreras para acceder, permanecer y progresar en el ámbito tecnológico, lo que limita su potencial y el de la región.
132 años
Es el tiempo que se necesitará para cerrar la brecha global de género al ritmo actual de progreso, según el Informe Global de Brecha de Género 2022 del Foro Económico Mundial. En América Latina y el Caribe, la estimación es de 67 años, lo que significa que las generaciones actuales no verán la paridad de género en su vida.
30%
Es el porcentaje de mujeres que estudian en áreas tecnológicas en Latinoamérica y el Caribe, según datos de la UNESCO. Esto evidencia la brecha digital de género desde la educación, que se traduce en una menor presencia de mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), que son las más demandadas y mejor pagadas en el mercado laboral.
4,2 millones
Es el número de mujeres que seguían sin poder retornar al mundo laboral a finales de 2021, tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, según la OIT. Por el contrario, en el caso de los hombres ya se habían recuperado casi todos los empleos perdidos. Esto muestra cómo la crisis ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres, especialmente a las que trabajan en sectores informales o precarios.
17%
Es el porcentaje de mujeres que ocupan puestos directivos en empresas tecnológicas en América Latina, según un estudio de Endeavor. Esto revela la falta de representación y liderazgo femenino en el sector, así como las dificultades que enfrentan las mujeres para acceder a posiciones de toma de decisiones y poder influir en la agenda tecnológica.
26%
Es la diferencia salarial promedio entre hombres y mujeres en América Latina y el Caribe, según el Banco Mundial. En el sector tecnológico, esta brecha puede ser aún mayor, debido a factores como la segregación ocupacional, la discriminación o la falta de políticas de conciliación.
Estas cifras muestran la urgencia de tomar medidas para acortar la brecha de género en tecnología y aprovechar el talento y la creatividad de las mujeres para impulsar la innovación y el desarrollo sostenible.
Dentro de este proceso, las empresas tienen un rol fundamental, ya que pueden implementar acciones concretas para promover una mayor diversidad e inclusión en sus equipos, como:
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